Lágrimas en el pasillo
Sus palabras son como la semilla del diente de león. No quiero decir que se las lleve el viento, pues es persona de altura. En tal sentido, sus palabras son escritura. Quiero decir que son livianas y dejan sus huellas delicadamente sobre la arena hasta que el mar se las lleva. Pero dentro de ella están grabadas en piedra. Cuando lee en voz alta las letras de su alma, suenan esas palabras ligeras y bellas como el piar de un pajarillo, mas para entender la lectura deberás verla con los ojos de un niño. Y deberás hacerlo aprisa, antes de que su sonrisa invada otra vez la playa. Porque el texto de su interior se escribió con tinta de amor, no será legible para el espíritu que no reconozca su belleza. Para leerlo habrás de atender a sus gestos y detalles, sus besos amables, contagiarte de su nobleza. Dejarte amar. Sus lágrimas son expresión de ese libro maravilloso que no sabe contar a otros. Su abrazo comprometido fueron esas lágrimas en el pasillo.